lunes, octubre 14, 2024
Vinos

Vinos más caros del mundo

Vinos más caros del mundo como inversión, disfrute o simplemente afán de coleccionismo por tener algo singular y exclusivo. Sea como sea estos vinos solo están al alcance de muy pocos. Pero ¿qué tienen para resultar tan atractivos a las grandes fortunas?

Hablamos de los vinos más caros del mundo

Hasta ahora hemos hablado de vinos en el sentido más amplio de la palabra, Incluyendo vinos de todo lugar y procedencia, con sus particularidades, características y singularidades. De vinos mejores y perores, de vinos blancos y tintos, de champagne y de moscatel, Franceses o Italianos, Argentinos o californiano. En fin, aquí hemos hablado del mundo del vino que es tan amplio, variado, atractivo y en ocasiones solemne que se presta para todo tipo de artículos. Pero el artículo de hoy es un poco más, podríamos decir, curioso. Hoy hablamos de los VINOS MÁS CAROS DEL MUNDO.

Hablaremos de esos vinos que la inmensa mayoría de los mortales no vais a probar nunca (yo haré todo lo posible por no estar entre esa mayoría, jeje aunque me temo que moriré sin conseguirlo) y además muchos de esos vinos tan caros es muy probable que no se descorchen jamás.

Qué tienen de especial los vinos más caros del mundo

Pero ¿qué hace que un vino pueda llegar a valer decenas de miles de euros? incluso el precio en ocasiones puede llegar a cifras estratosféricas. Porque es verdad que para muchos un buen vino puede llegar a ser considerado una obra de arte tal y como dice la célebre frase “El vino es poesía embotellada” Robert Louis Stevenson.

 Y todos sabemos las cifras que alcanzan las obras de arte de los más cotizados pintores o escultores. ¿Puede valer un cuadro de Picasso, Monet, Mondrian o una escultura de Rodin, Chillida o Serra los millones de euros que se pagan? Es obvio, si alguien paga esas cifras es porque el arte los vale.

Del mismo modo ¿puede valer un Château Lafitte, por poner un ejemplo, cifras superiores a los 150.000 dólares? (y no sobra ningún cero). Pues del mismo modo si alguien lo paga, es porque ese es su valor.

La ley de la oferta y la demanda al igual que en cualquier otro bien con el que se comercie es la que marca el precio (aunque no siempre el valor) de ese bien.

Las añadas de los vinos más caros

Hay vinos de añadas históricas de los cuáles quedan apenas botellas por los que los coleccionistas llegan a pagar cifras mareantes.

Por ejemplo, el DRC Romanée Conti es un vino que solamente se elabora en añadas en las cuáles las uvas superan los más altos estándares de calidad. De las más destacadas pertenecen a los años 1934, 1999 y 2002. Pues bien, si encuentras una botella de 1934 y te sientes con ganas de probar ese vino tan excepcional deberás tener una cartera holgada y aflojar los algo más de 20.000 dólares que cuesta.

Y no es ni mucho menos de las botellas más caras, ya que una botella de Cheval Blanc de 1947 se cotiza actualmente a unos 140.000 dólares.

Vinos caros con leyenda

La leyenda en ocasiones ayuda a encarecer un vino, es el caso de una de las botellas hasta ahora más caras del mundo un Château Lafitte subastado en 1985 y adquirida por el magnate Forbes para añadirla a su colección. Por la cual hubo de pujar hasta la cantidad de 156.450 dólares. El precio se disparó al comentarse que esta botella podría haber pertenecido a Thomas Jefferson, quien fuera tercer presidente de los EE. UU. quien estuvo en el poder entre 1801 y 1809. Realidad o leyenda, no se ha podido demostrar, pero el precio alcanzado sí es una realidad.

En otras ocasiones la singularidad de las botellas es lo que le da el desorbitante precio. Es el caso del Champagne Heidsieck & Co Diamant Bleu, que fue izado en 1998 a la superficie desde un barco que naufragó por un torpedo de un submarino alemán en la segunda guerra mundial. Esta peculiaridad es lo que llevó a un magnate ruso a pagar la friolera de 224.000 euros por una de las 2.000 botellas que se recuperaron. Huelga decir que es el champán más caro de la historia.

Invertir en los vinos más caros del mundo

Estas mareantes cifras en la mayoría de las ocasiones solo se pueden entender si consideramos el vino como un objeto de inversión. Y es que en los últimos años y más concretamente a partir del estallido de la burbuja que propició la crisis mundial de 2008, los grandes vinos se han constituido como un valor refugio de bastantes garantías. Lo cuál nos invita a pensar que esos vinos nunca serán catados.

Invertir en los vinos más caros del mundo bien por afán de coleccionismo, exclusividad o simplemente como valor seguro es asimilable a las grandes obras de arte.
Tener uno de los vinos más caros del mundo en tu colección particular puede ser una gran inversión económica. Las cifras alcanzadas por determinados vinos alcanzan los cientos de miles de euros y siempre son objeto de deseo por otros.

Y esa es la única razón por la que se entiende que un inversor asiático pagase el 13 de octubre de 2018 en una subasta en Shoteby,s New York, la nada despreciable suma de 558.000 dólares por una botella de Domaine de la Romanée Conti de 1945. La peculiaridad de esta añada es que además de coincidir con el final de la II guerra mundial, es la última añada antes de replantear el viñedo de la mítica bodega, y habría que esperar hasta 1952 para pode degustar la siguiente añada.

Curiosamente el mismo día y en la misma subasta, otro inversor pagó 496.000 dólares por otra botella de idénticas características. Son hasta ahora las dos botellas más caras que se han vendido nunca.

Anécdotas con los vinos más caros del mundo

La botella escurridiza

Pasamos ahora a contar dos de las anécdotas más divertidas del mundo del vino. La primera es la que aconteció en marzo de 1989 en el restaurante del hotel Four Seasons de Nueva York. El comerciante de vinos W. Sokolin al ir a presentar a los comensales el vino Château Margaux 1787, que en este caso si estaba certificado que perteneció a Thomas Jefferson, el presidente antes citado y gran amante de los vinos, tuvo la mala suerte de que la botella se le escurriese y se rompiese con lo que el líquido se derramó al suelo, para disgusto de los dueños de la bodega, presentes en el acto. Hubo quienes pensaron que se trataba de un montaje, pues la trayectoria de Sokolin, amante de las excentricidades invitaba a ello. Sin embargo, nada se pudo demostrar y la botella valorada en principio en 500.000 dólares hubo de ser abonada por la cantidad asegurada que eran 225.000 dólares y que asumió la compañía aseguradora. Se trata de la botella despilfarrada más cara de la historia. Si Jefferson levantara la cabeza…

Accidente en destino y recuperación in extremis

La segunda anécdota con similar comienzo, pero afortunadamente un final feliz está ubicada en España. Concretamente en el restaurante dos estrellas michelin, Atrio de Cáceres quien se disponía a añadir en su carta una única botella de vino Château D;Yquem de 1806 adquirida en subasta en Christe,s.

Pues bien, apenas llegó la botella al restaurante y al ir a proteger la botella en un recipiente de madera para trasladarla a la bodega, ésta se rompió por el cuello, aunque afortunadamente apenas se derramó vino, pero hubo de iniciarse una operación de rescate de la botella. El vino se trasladó rápidamente en helicóptero a la propia bodega en Burdeos donde se procedió a trasvasar el líquido a otra botella similar y en cuya etiqueta la enóloga de la bodega certifica que el vino fue recuperado y mantiene todas sus características intactas a fecha de 25 de enero de 2001.

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Esa botella actualmente sigue en la carta del restaurante Atrio por el precio de 310,000 euros. Ya sabéis, si pasáis por Cáceres y andáis sobrados de dinero, puede ser una buena inversión.

Y hasta aquí estas anécdotas y curiosidades de estos carísimos vinos. En próximos artículos haremos referencia a los vinos más caros de nuestro país. Mientras tanto sigamos disfrutando de cada momento de la vida con nuestros asequibles, mejores vinos del mundo.

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