El guardián del vino
El guardián del vino define perfectamente a uno de los elementos más determinantes en asegurar que se consiga la crianza adecuada y la conservación idónea: El corcho como guardián, cuidador y conservador del vino.
El corcho o el guardián del vino
El corcho tiene dos características fundamentales que lo hacen idóneo para su cometido como son la porosidad y la impermeabilidad. Además, posee una gran elasticidad y es capaz de soportar cambios de temperatura y presión. Todo para que finalmente podamos disfrutar de nuestro vino preferido.
Cuál es el origen del corcho como guardián del vino
El uso de este material natural para cierre de las botellas se debe al francés Pierre Pérignon. Fue quien a mitad del siglo XVIII se percató de que el corcho evitaba que el gas carbónico que se producía tras la segunda fermentación en botella provocase un descorche. Ya que la porosidad del mismo facilita la salida del gas y evita el exceso de presión en el interior de la botella.
Desde entonces hasta hoy día el corcho se ha consolidado como material idóneo para cierre de botellas de vino. En especial aquéllos de larga duración y crianza en bodega como reservas y grandes reservas.
De dónde se obtiene el Corcho
Otra ventaja del corcho es que se obtiene de forma natural del alcornoque (Quercus suber). Para su obtención no se daña el árbol. Es suficiente con separar la corteza del tronco. Este proceso se repite cada 9-11 años que es el período que tarda un alcornoque en regenerar su corteza. Como un alcornoque llega a vivir más de 200 años nos da idea de la cantidad de corcho que produce a lo largo de su vida.
Éste árbol es típico del clima mediterráneo, siendo Portugal y las comunidades españolas de Extremadura y Andalucía los principales productores mundiales.

Características y funciones del corcho
El corcho, además de la porosidad e impermeabilidad antes reseñadas, tiene otras características como son la elasticidad, baja densidad y resistencia. Ningún material hoy en día es capaz de suplirlo con totales garantías.
Las funciones del corcho además de evitar que el vino se derrame son las de evitar la entrada de aire, moho u otros elementos nocivos para la crianza o conservación del vino.
A pesar de ello el corcho posee pequeños poros en su composición que permiten que pequeñísimas microburbujas de aire puedan entrar en la botella. Lo cual facilita la micro oxigenación del vino y su evolución.
Todo esto permite que se puedan conservar algunos vinos embotellados durante largos períodos de tiempo, hasta varias décadas en algunos casos.

Uso adecuado del corcho
Para la correcta conservación de los vinos y que el corcho cumpla su función durante largos períodos de tiempo y no se seque se recomienda guardar las botellas en posición horizontal.
Otro aspecto no menos importante es la longitud del corcho que varía en función de la madurez o calidad de los vinos.
Para los vinos jóvenes es suficiente con corchos más cortos, de hasta 40 mm como máximo, y para los vinos más elaborados se utilizan corchos de hasta 50-55 mm.
Cuando falla el guardián del vino
Pero no todo son ventajas en la utilización de corcho. En ocasiones puede provocar la aparición de “Tricloroanisol” (TCA) provocando que se altere tanto el olor como el sabor del vino. Esto se denomina vino con “sabor a corcho” o “acorchado”. Afortunadamente esta anomalía se produce en un pequeño porcentaje que no excede del 1,5% de los corchos que se utilizan.
Alternativas al corcho tradicional del vino
El riesgo de aparición de TCA ha provocado que se utilicen cada vez más otros materiales para el cierre de botellas, pricipalmente tapones sintéticos.
Guardianes sintéticos
Además de evitar la aparición de TCA otras ventajas de los tapones sintéticos son la limpieza. Tampoco se deterioran con el paso del tiempo y que se pueden volver a poner en la botella fácilmente.
Estos tapones no permiten la entrada de aire en el interior de la botella, por lo que no es necesario guardarlas en posición horizontal. Pero no son aconsejables en aquellos vinos de larga duración que deban evolucionar. Están más indicados para vinos de consumo inmediato.
A pesar de todo los tapones sintéticos, e incluso de rosca, están ganado terreno a los tradicionales de corcho. Principalmente en países como Inglaterra donde el consumo de vinos jóvenes ha aumentado considerablemente.
¿Y vosotros cuál preferís? los tapones tradicionales de corcho, o apoyáis que los tapones sintéticos ganen cuota de mercado esperamos vuestras opiniones.
Mientras tanto, ¡Salud!
Como se agradece estos articulos q te enseñan a ser más cuidadosa en el manejo y conservación de los vinos ,botellas,corcho,tapones …
Gracias.Saludos. ??
¡Muchas gracias Nati! resulta muy agradable saber que valoras nuestros artículos. Esto nos anima a seguir trabajando con más fuerza.????
Buen artículo. Creo que siempre es mejor las botellas de vino con el tapón de corcho. Pero que rabia da a veces cuando tienes un vino de hace mucho y se te rompe el corcho por estar mal guardado.
Hola Marta, gracias por tus palabras y por comentar. Y es así tal y como dices. En países como Australia o Reino Unido cada vez más se impone el tapón de rosca pero algo tiene el corcho que en el resto del mundo es la primera elección. Aunque en ocasiones como dices nos juegue malas pasadas. Un saludo Marta y deseamos que vuelvas a menudo por aquí.